El inicio del comercio agrícola costarricense, a cómo lo conocemos hoy, tiene sus raíces en la composición y el funcionamiento de la producción en las fincas agropecuarias. Don Alfonso Sancho, asesor para Nativu Fincas y economista agrícola, rescata 3 principios básicos para comprender, con mayor claridad, qué es exactamente una finca agropecuaria.
1. La Finca como Patrimonio Hereditario
Las fincas representan aquellos terrenos de los cuales en un inicio, se apropió una familia. Por ende lo más común es que se desarrollen como un negocio familiar, con ayuda de vecinos, quienes usualmente tienen también algún parentesco o amistad con los dueños.
Es decir, que los hijos, nietos, etc, serán los herederos de dichas propiedades y pueden destinar su mano de obra ya sea para la subsistencia, el comercio, o ambos.
2. Agricultura y Ganadería
Ahora, como bien lo dice su nombre, “agropecuario”, se refiere al terreno que es dedicado al trabajo con agricultura y ganadería de animales de “especies superiores”, como vacas, ovejas, caballos, etc. Los plumíferos no entran en esta categoría, puesto que corresponden a las fincas avícolas.
El punto clave, es que se combinen ambas actividades dentro del mismo terreno, formando un tipo de simbiosis.
Debido a que la base es la familia, es importante que en una finca se desarrollen dos o más actividades complementarias, para mantener una rentabilidad y una estructura sostenible.
Alfonso Sancho – Asesor Nativu Fincas
Esto quiere decir que se siembra el producto y se comercializa como tal, o también se destina para abastecer otras necesidades dentro de la finca.
Don Alfonso da el ejemplo de una finca en los Altos de Guácimo, donde de sus 235,800m², se destinan 3 hectáreas para cosechar cacao para la venta. Pero además sus cáscaras son utilizadas para nutrir la tierra y también para complementar el alimento del ganado.
Este ejemplo nos introduce al siguiente y último punto.
3. Sostenibilidad en fincas agropecuarias
Para las actividades que se realizan en Costa Rica, fomentar y procurar tener un desarrollo sostenible es vital, no solo porque es parte del sello de marca país con el cuál se promociona Costa Rica, sino que también por los amplios beneficios a largo plazo, en calidad de vida, calidad de producto y superávit.
El caso de las fincas agropecuarias, como la de los Altos de Guácimo, ejemplifican muy bien este sistema. Se aprovecha el producto del cacao al máximo, de manera que se pueda reutilizar en otros sectores secundarios, como el abono y el alimento. De igual manera los desechos del ganado, son procesados, para utilizarse como abono natural para las siembras de cacao.
De esta manera, todo está conectado y no se desperdicia nada. Además, la finca cuenta con un proyecto de reforestación, para procurar mantener el terreno en las mejores condiciones posibles.
