El proceso creativo a la hora de imaginar la construcción o remodelación de un espacio, no solo depende del diseño y los elementos artísticos. Hay varios insumos psicológicos que afectan este tipo de procesos. Si a usted le interesa conocer cómo el mundo de la psicología se sumerge en la arquitectura, ¡Este artículo es para usted!

Esta combinación la podemos comprender, si nos ponemos a pensar en la realidad básica, de que algunos edificios nos hacen sentir de formas particulares: Tranquilos, enérgicos, estresados. Todas estas emociones no suceden solo «porque sí». Detrás, existe un conjunto de estímulos sensoriales que, tras ser captados y procesados por el cerebro, desencadenan en una reacción fisiológica, la cual se resume en una atracción o una repulsión.

Gestalt

Este es el principio básico del tema, la psicología de la Gestalt es aquella que busca explicar la manera en que procesamos patrones y figuras. Varias de sus leyes, indican que tendemos a agrupar los objetos de acuerdo a su semejanza en color y forma, proximidad entre sí y relación figura-fondo, etc.

En otras palabras, existen ciertas composiciones que a simple vista resultan ser más atractivas para el cerebro, porque se acomodan mejor a «nuestro sistema de procesamiento», por ende, serán más agradables.

Este truco, ha sido bien conocido desde épocas atrás, por ejemplo, los griegos utilizaban varios métodos de corrección óptica, para dar la ilusión de que sus templos estaban 100% simétricos. El espacio entre las columnas, nunca era el mismo por modificaciones milimétricas, y sus edificaciones estaban un tanto inclinadas hacia el frente, para que desde cerca se pudiera ver completa, con solo levantar la mirada.

Psicología del color

Este aspecto es de los más importantes en cualquier edificación, no solo responde a gustos específicos o a qué tan armoniosa resulte la combinación de tonalidades, los colores también tienen una función práctica.

Cada color estimula ciertas reacciones y emociones, algunos ejemplos son:

  • Blanco: Denota pureza, limpieza y seriedad. Por eso es usual verlo en clínicas y oficinas.
  • Rojo: Intensidad, sensualidad y energía. Incluso se dice que este color incrementa el apetito y por eso es usado en muchos restaurantes.
  • Verde: Frescura y naturaleza.
  • Azul: Calma, seguridad y tecnología.

Así es como cada color provoca una emoción específica y puede influenciar el estado anímico que se le quiere impregnar a una habitación.

Estos insumos resultan ser sumamente interesantes, a la hora de considerar cómo aprovechar al máximo un espacio específico. Son estímulos pequeños, los cuales tienen un impacto mayor al que podríamos imaginar. La mente es una herramienta poderosa y podemos aprender a controlarla por medio de estos métodos.

By 1439 Actualizada 18-1-23 Etiquetas: , Categorías: Hogar y Diseño