Todos llegamos a un momento de la vida en el que debemos tomar un decision vital: ¿A dónde me conviene vivir? Y es que hay muchos factores que entran en juego. El tipo de vivienda, la localización, el tamaño, la inversión y los préstamos son solo algunos de los elementos por considerar.
Sin embargo, buscar un nuevo hogar es una aventura emocionante que debería disfrutarse. No se deje agobiar y permítase evaluar los siguientes pros y cons de vivir en la ciudad o en las afueras, para dar los primeros pasos hacia esta importante decisión.
La Ciudad
Vivir en la ciudad es perfecto para aquellas personas que tienen un alto enfoque laboral, si su trabajo es su motor de vida, buscar una casa cerca de las urbes más populares, puede ser una buena idea, ya que le dará mayor acceso a transporte y oportunidades de empleo.
La conectividad es una de las principales ventajes de vivir en un centro urbano, puesto que en teoría ofrecen mayores comodidades como infraestructura, internet, etc.
No obstante, es importante recordar que en un país como Costa Rica, vivir en la ciudad supone también tener en cuenta elementos como el tráfico, que dependerá del momento del día. Por ese motivo se recomienda vivir cerca de su centro de estudio o de trabajo, de manera que el tiempo consumido en viajar no sea un problema.
Por otro lado, la vida social en la ciudad es un plus. Al haber mayor concentración de personas, la oferta en actividades culturales y de ocio aumenta, en comparación a las áreas rurales. Estará más expuesto a cines, museos, conciertos, restaurantes, entro otros, lo cual le da una gama más amplia de actividades de entretenimiento.
El campo
En Costa Rica, las áreas rurales pueden ser sitios montañosos o zonas costeras. Claro está que cada uno tiene actividades distintas, así como condiciones climáticas y demás. Pero los dos comparten la relajación de ambientes menos ajetreados y frenéticos.
Vivir en las afueras, le permite tener un estilo de vida más pausado y consciente, principalmente por la conexión con la naturaleza.
Éste punto es vital si usted busca este tipo de vida. Vivir fuera de la ciudad tiene también grandes beneficios físicos, como por ejemplo la oportunidad de respirar aire puro. Puede parecer insignificante, pero el aire fresco es un privilegio el cual se va perdiendo mientras se va adentrando en la ciudad.
Además, en el campo y la playa usted puede disfrutar de relaciones interpersonales muy distintas a las de la ciudad. Se da mucho que en las área rurales los vecinos son buenos amigos, hay vistas más atractivas, actividades menos aceleradas, etc.
Cada opción tiene puntos que usted deberá evaluar de acuerdo a sus necesidades y a sus gustos. Puede ser que usted prefiera el campo y decida que la cercanía a los centros no es tan vital en su caso, o puede decidir vivir en la ciudad siempre y cuando pueda «escaparse» los fines de semana a la montaña o al mar.
Encuentre un balance y busque lo que más llene su vida y le haga sentirse feliz, eso será siempre lo primordial en toda decisión de vida.