Si usted vive en Escazú, seguramente ya ha visto a don Julio. Desde hace 20 años se parquea con un gran Pickup azul frente a la Plaza San Rafael, 6 días a la semana, para ofrecerle frutas frescas a todo aquel que pase por su camino. Pero este frutero que recibe a su clientela con una sonrisa de lado a lado, reflejando felicidad y orgullo, tuvo que recorrer un trayecto lleno de altibajos para llegar a encontrar lo que hoy al fin disfruta: tranquilidad laboral.

A los 12 años, su padre lo llevó por primera vez al mercado mayoreo y a partir de ahí inició su carrera como comerciante. Sus días no tenían tiempo para enfocarse en los estudios ni en nada más que ayudarle a su padre a vender frutas en el mercado. Sin embargo, no tardaría en llenarse de coraje y buscar independizarse y en cuestión de unos años, con ganas y una gran pizca de creatividad, este dio sus primeros pasos en su propio negocio frutero.

Con la ayuda de una patineta, reforzada con una tabla de madera y un mecate para poder jalarla, don Julio comenzó a comercializar unas 2 cajitas de jocotes en San José centro, de esta manera trabajó por 2 años y luego de ahorrar lo suficiente se compró su primer carro, un Toyota 1000 del 79 y entonces logró el transporte y venta de jocotes a 7 u 8 cajitas diarias.

Julio Araya junto a su Pickup y su mercancía.

A primera vista se podía ver que el negocio de don Julio pintaba bastante bien, pero las rocas que complicaban su camino existían y cada vez se ponían peor. Inspectores, persecuciones, decomisos de mercadería y más, don Julio tuvo que tratar con esta lista de problemas diariamente en San José, ya que no le dieron permisos de comercializar, por lo que al tiempo se vio obligado a buscar otro sector para vender sus productos.

Intentó con Heredia y Alajuela, pero le seguían negando los permisos de venta. Fue entonces cuando recurrió a buscar oportunidades en el Gran Area Metropolitana y de esta manera llegó a un lugar llamado ´Escazú´.

No pasó mucho tiempo para que don Julio se volviera a encontrar con esas rocas en la zona Oeste del país. Una vez más, los inspectores de la municipalidad lo quisieron poner a caminar, pero por primera vez escucharon las peticiones de ayuda laboral y accedieron a darle una oportunidad laboral a este frutero. Al fin le aprobaron los permisos de venta en el 99 y desde entonces Escazú se convirtió en su estabilidad laboral y don Julio en una figura icónica de la zona.

Hoy en día, las buenas referencias de sus productos llegan hasta la costa. Personas de Limón, Guanacaste, Heredia, Cartago y demás, llegan a buscar al frutero con un moderno Pickup azul, lleno de mercancía de calidad.

De esta manera la comunidad de Escazú acogió a este vendedor de frutas, para que este encontrara el éxito y la estabilidad laboral que anheló durante años. Desde entonces don Julio se levanta con entusiasmo porque sabe que ¨va para un lugar en el que va a encontrar sus ´cinquitos´ para sobrevivir¨.

By 937 Actualizada 6-1-21 Etiquetas: , , , Categorías: Áreas, Comunidad, Escazú & Santa Ana