En las primeras décadas del siglo pasado, don Pedro Arias inició una tradición que más tarde se convertiría en parte de la identidad costarricense. La historia de esta particular familia, nos cuenta la evolución de una tradición de la cultura de Costa Rica: las mascaradas.
Conocidos por ser nativos de la zona de Escazú, los mascareros de esta zona viven del arte que ha aportado cultura a las fiestas populares, los turnos y las celebraciones de patronales de los cantones del país. Los impulsores de esta tradición costarricense se encuentran en tres principales pueblos: Barva de Heredia, Aserrí y Escazú.
Las mascaradas y los mascareros
Hoy vamos a contar la historia de la Familia de don Pedro Arias, quien en las primeras décadas del siglo XX, inició con la tradición de las mascaradas. Esta familia, oriunda de San Antonio de Escazú tiene hasta el día de hoy un taller de creación y confección de mascaradas tradicionales costarricenses.
Don Gerardo Montoya, nieto de don Pedro, nació en 1954 y ha mantenido viva esta tradición hasta el día de hoy. El proceso original de confección utilizado por su abuelo era con barro «negro» del río, sin embargo hoy día don Gerardo utiliza su propia técnica que ha ido perfeccionando con el tiempo y que incluye papel y goma.
Las mascaradas de don Gerardo son famosas por mantener la misma línea de colores y técnicas de elaboración. Es por ello que a lo largo del territorio nacional es conocido por su arte y su alegría al compartir su trabajo.
El proceso de confección
Para poder crear estas piezas, se necesitan distintos materiales como arcilla, barro, tela, alambre, papel y goma de almidón de yuca.
El proceso de elaboración dura varias semanas; inicia con el molde de barro que se hace a mano y se deja secando al sol, luego se pegan varias capas de papel engomado para volver a secar durante varios días. Don Gerardo, para poder darle forma a la mascarada, pone pequeñas estructuras de metal que él mismo fabrica para sostener todo en el mismo lugar. Una vez que se seca, se corta el molde en dos partes y se vuelven a poner varias capas de papel engomado que unen todo de nuevo para dejar una estructura hueca y finalmente ¡a pintar!
Cada una de las piezas debe llevar por aparte la estructura de metal que se coloca sobre la persona que utilice la pieza, ademas de los coloridos vestidos que se le ponen para darle el toque final. Todas las etapas del proceso son hechas por don Gerardo a mano, incluyendo la elaboración de la goma y de las estructuras de metal.
Si desea conocer más sobre la historia de Don Gerardo, visitar su taller e incluso probar un poco de su famosa chicha, no dude en contactarlo al 8354-2102. Esta familia además de hacer un importante aporte a la cultura costarricense, vive de este tipo de arte tradicional y gracias a ello es que hasta el día de hoy tradiciones como esta siguen siendo parte de nuestra identidad.
¡Invierta en lo local y conozca más sobre la historia de las mascaradas costarricenses!